Zibibbo
El término zibibbo deriva de la palabra árabe zibibb , que significa uvas secas. En realidad, el nombre de la variedad de uva es Moscatel de Alejandría y, como su nombre lo indica, proviene de Egipto o, en general, del área de Medio Oriente. Es una variedad antigua que nace del cruce entre el moscatel blanco y una uva griega antigua: eftakoilo o heptakilo. Durante siglos se ha cultivado en la parte occidental de Sicilia, en particular en el área de Trapani y en la isla de Pantelleria. Es una variedad típicamente mediterránea, que ama el calor, el viento, aguanta el clima seco y seco y se adapta muy bien a los suelos pobres y pedregosos, especialmente si son de origen volcánico. Produce racimos con una forma alargada, con bayas bastante grandes con una piel gruesa cubierta de flores. Es una uva aromática con un sabor dulce, que tradicionalmente se usaba como uva de mesa y para hacer vino. Precisamente por sus aromas persuasivos, el zibibbo se utilizaba principalmente para producir pasas o para elaborar vinos de pasas. Especialmente la isla de Pantelleria, donde el zibibbo siempre se ha cultivado casi exclusivamente, se ha hecho famosa precisamente por la producción de vinos de pasas extraordinarios.
En las últimas décadas, frente a una disminución progresiva en el consumo de vinos dulces, la producción de vinos secos con un sabor muy interesante y agradable ha aumentado. Es de color blanco que expresa un bouquet intenso y elegante, con aromas de azahar, cítricos, fruta madura, toques tropicales, matices de hierbas aromáticas del matorral mediterráneo y recuerdos de yodo. El sorbo es suave y persuasivo, con un centro de boca jugoso y amplio, bien equilibrado por una viva frescura cítrica, que se cierra con sensaciones agradablemente sapidas. Es un blanco perfecto al gusto con aperitivos de mariscos o mariscos. Zibibbo Passito es un vino de gran encanto, con aromas de cáscara de cítricos confitada, albaricoque seco, fruta deshidratada, almendra, fruta seca, miel y especias. En boca es rico y dulce, con aromas complejos y persistentes, que anticipan un final refrescante. Es un vino de postre ideal para acompañar dulces clásicos sicilianos o pastas secas.