Egon Müller
Un nombre del que a estas alturas hay muy poco que decir el de Egon Müller, sin duda entre las bodegas más contadas de Alemania y más allá, que ha escalado en el ranking y ganado numerosos premios internacionales desde su nacimiento en 1797. Ya a principios del siglo XX Los Riesling de Mosela de Müller del siglo XX eran conocidos y apreciados en toda Europa, alcanzando ya precios muy altos para la época. La empresa, que se encuentra en la espléndida finca familiar cerca de Wiltingen, posee 16 hectáreas casi en su totalidad en Riesling: aproximadamente 8 hectáreas de Scharzhofberg, 4 de Wiltinger y el resto se utiliza para la QBA, el corresponsal alemán de nuestra IGP.
Algunas de estas cepas, como en otras bodegas del Mosela, resistieron la epidemia de filoxera del siglo XIX y tienen más de 100 años, produciendo vinos de una calidad realmente rara, aunque con un rendimiento mínimo. A través de la hábil dosificación de la podredumbre noble Botrytis - incluso en Rieslings generalmente más secos como Kabinet - se producen vinos con azúcar residual, según la filosofía que persigue la familia Müller. Estos Riesling se encuentran, por tanto, entre los blancos más apreciados y buscados del mundo, verdaderos iconos de la región del Mosela, vinos de culto, capaces de envejecer como pocos Riesling.