Château de Tracy
Château de Tracy es un dominio rico en historia y tradiciones, ubicado en el territorio de la famosa denominación francesa Pouilly Fumé, en el corazón del viñedo del Valle del Loira. Sus orígenes son muy antiguos e incluso se remontan al siglo XIV. Château de Tracy sigue representando un importante punto de referencia para toda la zona y sus vinos son reconocidos como un nivel absoluto de excelencia. La finca se encuentra a los pies del antiguo castillo, construido sobre un espolón de roca con vistas al Loira. El Domaine ha atravesado los siglos manteniendo su carácter familiar, vinculado a la dinastía de los Condes de Assay. Hoy al frente de la empresa se encuentra Juliette d'Assay, quien lleva a cabo el negocio siguiendo las tradiciones más antiguas. La filosofía del dominio está orientada a la elaboración de vinos fieles al terruño, a través de una viticultura cuidada con pasión y vinificaciones que permitan realzar el carácter particular del Sauvignon Blanc de este famoso territorio. El Pouilly Fumé de Château de Tracy se produce solo con uvas de sus propios viñedos, cultivados en una zona con características únicas.
El viñedo de Pouilly Fumé cubre un total de 1.200 hectáreas, en el corazón de Francia. El clima es fresco y continental, mitigado por la presencia del Loira. Los suelos son particularmente valiosos, compuestos principalmente por arcillas ricas en piedras de sílice, guijarros y margas calcáreas formadas por la sedimentación de las conchas de pequeñas ostras kimméridgien. Son suelos que permiten que la uva Sauvignon Blanc se exprese con extraordinaria finura, elegancia y con una particular nota de frescura mineral, que recuerda a las sensaciones de pedernal y ahumado. Los vinos de Chateau de Tracy tienen una fuerte personalidad, que refleja las características de los distintos lugares de origen. Las de las zonas de sílex son verticales, tensas y profundas, las de las zonas calizas son intensas, ricas y elegantes. La combinación de los dos vinos, con características complementarias, permite obtener un Sauvignon Blanc de gran complejidad y encanto. Las viñas se manejan con respeto a la naturaleza, con entrehileras herbáceas, tratamientos reducidos al mínimo y sin recurrir a insecticidas ni herbicidas. El cultivo con bajos rendimientos permite obtener uvas de excelente calidad, maduras y con aromas muy ricos y concentrados. Así nacen las etiquetas de alta gama, auténtica expresión de un gran terruño.